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Lecturas del 28 de Junio - 2 de Julio


LUNES 28 DE JUNIO


¿LEY O GRACIA?

• 1 Timoteo 1: 1-11 •


En esta epístola Pablo habla a Timoteo sobre la fe de la iglesia y su doctrina, sobre el credo y la conducta en la iglesia local, haciendo énfasis en una advertencia contra los falsos maestros, destacando como doctrina fundamental el Evangelio de la Gracia de Dios, donde nuestra salvación depende de nuestra fe en Cristo, no de nuestras acciones. Efesios 2: 8 ”Por gracia sois salvos por la fe”, la fe en Cristo.

Definamos Doctrina: conjunto de ideas, enseñanzas o principios básicos defendidos por un movimiento religioso, ideológico, político y Credo: Conjunto de principios ideológicos o religiosos de una persona, un grupo social o un partido político.


Necesitamos mantenernos fieles a la doctrina de la iglesia, es decir, a las doctrinas básicas de la fe. Los apóstoles enseñaron la deidad de Cristo, la inspiración total de las Sagradas Escrituras y la integridad y suficiencia de la Palabra de Dios.


El credo de una persona debe ser correcto, antes que su conducta pueda ser correcta. Es imposible pensar de manera equivocada y actuar correctamente, pero a veces tratamos de actuar correctamente aun cuando nuestra forma de pensar está equivocada.


En 1 Timoteo 1:4 “Ni presten atención a fábulas y genealogías interminables (que acarrean discusiones más bien que edificación de Dios, que es por fe), así te encargo ahora“. Pablo exhorta a que no siguieran una doctrina diferente, a que dejaran de enseñar doctrinas falsas; cuando menciona a las fábulas o mitos podría referirse a filosofías distorsionadas que estaban tomando fuerza, por ejemplo, Filón tomó el Antiguo Testamento y lo espiritualizó, introduciendo mitología al antiguo testamento, enseñando, por ejemplo, que el libro del Génesis y su contenido era un mito, y que los hombres allí mencionados jamás vivieron realmente. La frase genealogías interminables podría referirse a la enseñanza falsa de que la iglesia es simplemente una continuación del judaísmo, los judaizantes eran judíos convertidos al cristianismo que seguían practicando las previsiones de la Ley mosaica, ellos pretendían imponerlas a los no judíos convertidos. Leamos 1 Timoteo 1:8 “Pero sabemos que la Ley es buena, si uno la usa legítimamente”. ¿Cómo usar la Ley? Primero entendiendo que la Ley es buena. La Palabra nos ha revelado lo suficiente de la Voluntad de Dios como para saber que el hombre no es salvo por la obediencia a los mandamientos de Dios; veamos con mucha atención esto, ya que hoy en día, muchos dicen que la Ley es esencial para nuestra salvación.


La Ley o los mandamientos de Dios fueron dados para revelar la Voluntad de Dios y para mostrar que, para que un pecador sea salvo es necesario encontrar un camino diferente a la obediencia de una ley perfecta; el comprender esto es usar la Ley legítimamente.3

Dios estableció un solo camino a la salvación, Hechos 13:38-39 “Sabed, pues, esto, hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que no pudisteis ser justificados por la Ley de Moisés, en él es justificado todo aquel que cree”. ¿Por qué no podían ser justificados por la Ley de Moisés? Porque era un ministerio que acusaba: la Ley condenaba, la Ley no fue dada para salvarnos, sino para revelar que Dios es santo, y que NI tú NI yo somos santos.


El camino que Dios entregó para salvarnos es el camino de la Cruz, el camino del Señor Jesús. En Juan 14:6 Él dijo, Yo soy el camino, la verdad y la vida. La ley no es el camino hacia Dios; Cristo es el único camino.


Jesús murió para salvarte. Él vive para mantenerte salvo. Él va a venir algún día para llevarte a estar con Él y para consumar esa salvación.


Dios es nuestra fe cuando miramos atrás; Él es amor cuando miramos hoy a nuestro alrededor; y Él es nuestra esperanza cuando miramos adelante. Pero en realidad, es esperanza durante toda nuestra vida, y esa esperanza se afianza, se apoya en nuestro Señor Jesucristo.



 

MARTES 29 DE JUNIO


IGLESIA SALUDABLE

• 2 Crónicas 7:1-10 •


La medicina ha desarrollado instrumentos muy útiles para examinar la condición de salud de los pacientes mediante procedimientos como sonogramas, rayos X, resonancias, entre otros. Alguien puede verse o sentirse bien a simple vista, pero sólo conocerá su verdadero estado interno cuando se deja examinar por un experto.

Lo mismo es cierto de la condición espiritual de un alma y de una iglesia. Se requiere la mirada profunda del Creador y el examen preciso de la Biblia para saber la condición de nuestra salud espiritual.


2 de Crónicas 7 narra uno de los momentos más solemnes del antiguo testamento: la dedicación del templo de Dios en Jerusalén bajo el liderazgo de Salomón cuando “la gloriosa presencia del Señor llenó el templo” (V. 1).


Este pasaje, al tiempo que muestra el cumplimiento de una promesa de Dios, ofrece una potente imagen de cómo luce una congregación saludable. A continuación algunos puntos claves para realizarse el examen:

• Prioridades: Una iglesia saludable gira en torno a Jesús y no a los hombres. Los versos 1, 2 y 3 repiten la frase “la gloriosa presencia de Dios llenó el templo”. Era tal el peso de la gloria de Dios que “los sacerdotes no podían entrar en el templo” (V. 2) y todos los israelitas “cayeron postrados rostro en tierra y adoraron y alabaron al Señor” (V. 3). El centro de la atención es Dios y la prioridad de los creyentes es la adoración a Él y la exposición de Su Palabra.

• Generosidad: Una iglesia saludable es generosa y se destaca por su entrega. “Luego el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios al Señor” (V.4). El siguiente versículo registra 142.000 ofrendas sólo por parte de Salomón. Ser generoso implica ofrecer nuestro tiempo, talento, atención, dinero y devoción para el Reino de Dios según la medida que Dios ha entregado a cada uno.

• Orden: En una iglesia saludable hay un lugar para cada persona y cada persona está en su lugar. “Los sacerdotes ocuparon sus puestos asignados al igual que los levitas” (V. 6). La iglesia cumple su función cuando ayuda a cada creyente a encontrar la suya.

• Comunidad: Una iglesia saludable es una comunidad que comparte la vida y construye hermandad. “Durante los siete días siguientes, Salomón y todo Israel celebraron el Festival de las Enramadas” (V. 8). Piensa en la logística y los detalles pequeños de esos días. No estaban 12 horas en perfecta formación siguiendo una secuencia estricta de movimientos y reverencias. Su reverencia estaba en el corazón, mientras hubo tiempo para orar juntos, cantar juntos, comer juntos, conversar juntos, etc.

• Misión: Una iglesia saludable se reúne a celebrar y capacitarse para luego salir al mundo a irradiar con la Luz de Cristo. “Luego, al final de la celebración, Salomón despidió al pueblo. Todos estaban llenos de alegría y muy contentos” (V. 10)


Si bien esta no es una lista exhaustiva de lo que Dios quiere formar en Su iglesia, sí es una herramienta útil para examinarnos como cuerpo de Cristo y enfocar nuestras oraciones y acciones.



 

MIÉRCOLES 30 DE JUNIO


OBEDECER Y PERSISTIR NOS PREPARA

• 2 Timoteo 3 •


Encerrado en 4 paredes, temblando de frío, queriendo gritarle a la iglesia de Éfeso que estaba siendo contaminada por falsas enseñanzas, rodeado de incertidumbre, triste por sus compañeros que lo han abandonado y preocupado por su hijo espiritual Timoteo, Pablo vive una de las situaciones más difíciles de su vida. Su trabajo en la tierra estaba a punto de terminar y no quería más que dejar instrucciones claras y precisas a Timoteo, a quien había escogido Dios para seguir la obra en Éfeso y para seguir compartiendo el evangelio en el mundo. Pablo le recuerda en esta segunda carta a Timoteo que la fortaleza en medio de las persecuciones viene de la Gracia de Dios y por medio de su Espíritu Santo.


Pablo en la segunda carta escrita a Timoteo y última en su vida, exhorta a vivir de una manera que agrade a Dios, a ser un siervo que cumple las características que Dios quiere y a tener cuidado de la doctrina que se enseña y se aprende en la iglesia. Esto último lo dejó escrito en el capítulo 3, en donde advierte que en los postreros días (aquí se refiere al tiempo después del pentecostés hasta la segunda venida de Cristo), habrá personas que se devuelvan a una vida sin Dios, personas que niegan la fe en Cristo y que acusan de falso lo que hablan las Escrituras.


Pablo exhorta a Timoteo y hoy nos alienta a nosotros a mantenernos firmes en el evangelio, ya que los tiempos que estamos viviendo están llenos de personas que cambian a Cristo por sus pasiones desordenadas, por el orgullo, el dinero, ambiciones y algunos tienen una apariencia externa de buenos cristianos, pero sus acciones tarde o temprano dejarán en evidencia su pecado y de no creer en el evangelio de salvación. En este capítulo Pablo nos invita a evitar este tipo de personas, pero no sólo evitar a las personas externas con estos comportamientos, sino evitar que nosotros mismos lleguemos a esas circunstancias, evitar apartarnos de la Verdad en Cristo Jesús; la invitación de Pablo es a no ceder a las presiones de esta sociedad, a no ceder a las presiones de la carne que quieren llevar al pecado.


Pero ¿cómo evitamos caer en las falsas enseñanzas y en la apostasía? Pablo nos enseña que podemos evitarlo creyendo en las Escrituras, confiando en la Obra redentora de Cristo y obteniendo conocimiento de la Palabra para alejarnos de la ignorancia que nos puede desviar.


Por eso nos enseña en este capítulo 4 cosas:

1. Evitar a las personas que tienen enseñanzas contrarias a lo escrito en la Biblia.

2. Persistir en lo que se ha aprendido sobre la Palabra de Dios, sobre el evangelio.

3. Las Escrituras son inspiradas por Dios y por ende podemos confiar plenamente en ellas.

4. Las Escrituras son útiles para enseñar, reprender y mostrarle a la gente cómo vivir de la manera que Dios manda, a fin de que el hombre de Dios sea preparado para toda buena obra.




 

JUEVES 1 DE JULIO


¿TÚ, TE QUEDARÍAS?

• Esdras 2 •



Esdras fue un sacerdote, un escriba y un gran líder; su nombre significa ayuda. Dedicó toda su vida al servicio de Dios, pues no sólo conocía la Palabra de Dios, sino que creía en ella y la obedecía.


El rey de Persia, Ciro, no era judío, pero Dios obró por medio de él para hacer que los judíos retornaran a su tierra y dictó un decreto permitiendo su regreso, les dio protección, dinero y regresó los artículos del templo que Nabucodonosor había tomado.


Aquí podemos aplicar esto a nuestra vida y darnos cuenta de que cuando enfrentamos situaciones difíciles y nos sentimos rodeados, abrumados o dominados, debemos confiar en que el Poder de Dios es ilimitado y nos dará los recursos que necesitemos. Él puede usar a cualquiera para cumplir Sus planes. Démonos cuenta que Ciro permitió que los judíos trabajaran juntos para la reconstrucción del templo.


Esto dice Ciro, rey de Persia:

«“El SEÑOR, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en Judá. Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede ir a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del SEÑOR, Dios de Israel, quien vive en Jerusalén, ¡y que su Dios esté con ustedes! En el lugar que se encuentre este remanente judío, que sus vecinos los ayuden con los gastos, dándoles plata y oro, provisiones para el viaje y animales, como también una ofrenda voluntaria para el templo de Dios en Jerusalén”» (V. 2-4 NTV).


Muchos judíos regresaron a Jerusalén, otros escogieron permanecer en Babilonia y no regresar, pues el regreso era, difícil, peligroso y costoso, tardando más de cuatro meses. Las condiciones para hacer la travesía eran pobres; Jerusalén y la campiña que la rodeaba estaban en ruinas y los pueblos que vivían en el área eran hostiles. Los registros indican que en la cautividad muchos habían acumulado grandes riquezas y, si regresaban deberían dejar todo lo que tenían y comenzar de nuevo.

Muchos no pudieron hacerlo. Prefirieron la riqueza y la seguridad al sacrificio que requería la Obra de Dios. Su prioridad estaba al revés, aparentando contribuir a la construcción del Templo.


Esto también sucede en la actualidad, por eso, debemos tener cuidado de que ninguna comodidad, seguridad o posesión material nos impida hacer lo que Dios quiere.



 

VIERNES 2 DE JULIO


CUIDADO CON DESLIZARNOS

• Hebreos 2: 1-4 •



En la epístola a los hebreos encontramos una serie de advertencias, motivadas por el gran peligro en que se hallaban los creyentes de apostatar de la fe en Cristo. La advertencia que tenemos delante surge de las enseñanzas del capítulo anterior sobre las excelencias del Hijo, el dejarle sería un gravísimo crimen espiritual: «Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos».


V. 1 La apostasía es el resultado de doctrinas adversas que nos alejan de nuestras convicciones cristianas; la frase «no sea que nos deslicemos», la entendemos por medio de la metáfora de un barco cuyas amarras se rompen y se va alejando del muelle por una fuerte corriente, quedando a la deriva. Así los hebreos, por su inmadurez y su poco ánimo frente a la persecución, se apartaban progresivamente de Cristo, con el peligro de volver totalmente al judaísmo.


V. 2 Vemos el contraste entre la palabra dada en la Ley en el Sinaí a Moisés, con la que dio el Señor Jesús en el Evangelio, y si recibían castigo al infringir la Ley, cuánto más daño espiritual, tendrán quienes desprecian el evangelio de Jesús.


V. 3 La grandeza de la salvación se confirma por tres hechos: fue anunciada. . . por el Señor, nos fue confirmada por los apóstoles; y, además, fue testificada por el ministerio del Espíritu Santo, a través de milagros y repartimientos.


El primero que anuncio las buenas nuevas fue el Señor, «El reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el evangelio», demostrando el poder del evangelio a través de obras de sanidad, y luego echó el fundamento de toda bendición por el sacrificio de sí mismo en la cruz.


V. 4 Los apóstoles confirmaron y proclamaron el mensaje que el Señor comenzó a publicar, pero la plenitud de la proclamación se dio por el sacrificio en la Cruz y la Resurrección, y el testimonio de los milagros apostólicos: «añadiendo Dios su testimonio al de ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su Voluntad».


El mensaje de salvación por medio de uno que murió y resucitó era extraño a todo oído carnal, fuese de judío o gentil, y aún no era posible apelar a una Biblia completa con su Nuevo Testamento, así que los siervos de Dios necesitaban del Espíritu Santo para dar fe de lo que decían en el nombre del Señor.


Sólo en Jesús hay salvación, por medio de la Gracia y no por las obras de la Ley.


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