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Lecturas de 28 de Octubre al 3 de Noviembre

Foto del escritor: Tierra DeseableTierra Deseable

Actualizado: 10 nov 2019



LUNES 28 DE OCTUBRE

HAZ EL BIEN, SIN MIRAR A QUIÉN

• LUCAS 10:25-37 •


UN ABOGADO, pretendiendo ridiculizar a Jesús le preguntó.

¿Qué está escrito en la Ley que deba hacer para heredarla vida eterna? Buena pregunta para un doctor en leyes y el Señor respondió: Amarás, al Señor tu Dios con todo tu corazón y alma y al prójimo como a ti mismo; sin embargo, no satisfecho con la respuesta, el abogado volvió a preguntar:


¿y quién es mi prójimo?, concepto que para los judíos, no incluía a samaritanos y gentiles.

Jesús con suma habilidad no dio una definición, sino que procedió a relatar una historia para que todos comprendieran el significado de esta palabra. Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó y fue atacado por asaltantes que lo hirieron y dejaron medio muerto. Un sacerdote y luego un levita que pasaron cerca de él, no se detuvieron, pero un Samaritano – odiado por los judíos-, fue movido a misericordia, vendó las heridas, lo puso en la cabalgadura y llevándolo al mesón cuidó de él.


Debiendo salir lo dejó al cuidado del mesonero con la debida recomendación y la promesa que pagaría todos los gastos que requiriera la atención. ¿Quién de ellos fue el prójimo? -preguntó de manera muy hábil, obligando al abogado a responder muy diferente de cómo lo deseaba hacer y, condenando a los judíos que deberían dar ejemplo dijo: “El que usó con él misericordia”. Resulta lo mismo, que decir: el samaritano; entonces, Jesús le dice: Ve, y haz tú lo mismo - ¡Qué enseñanza exquisita, incomparable! ¡Qué fuentes nuevas de caridad abre esta parábola en el espíritu humano!


Aprendamos 3 principios sobre el amor al prójimo:

(1) la carencia de amor es fácil de justificar, aunque nunca es buena; (2) nuestro prójimo es cualquiera en necesidad, sin importar raza, credo, ni procedencia social; y (3) amor significa hacer algo para suplir la necesidad de alguien.


 

MARTES 29 DE OCTUBRE


UNA ETERNIDAD DE GLORIA

• APOCALIPSIS 21:1-8 •



¿Te has preguntado alguna vez, cómo será tu eternidad? La muerte es un evento por el cual todos los seres humanos tenemos que pasar y generalmente es algo en lo que casi no se piensa y en muchos casos no se tiene un conocimiento exacto de lo que esto representa.


Algunas religiones han tratado de dar una explicación de lo que es la muerte, pero lo cierto es que un conocimiento errado de ella no nos puede ayudar a prepararnos para la eternidad. Por ejemplo, lo Testigos de Jehová enseñan que, después de la muerte el alma es aniquilada totalmente y ya no hay más memoria del sujeto lo cual es un error. Los hinduistas creen que, después de la muerte viene la reencarnación, de tal forma que, un ser humano puede reencarnar una y otra vez. Algunos creen que, después de la muerte sólo se vaga por allí o incluso afirman que no hay infierno. Sin embargo, la Biblia nos enseña que la muerte da paso a la eternidad y nuestra alma pasa ya sea al infierno o al cielo. La Biblia habla ampliamente del infierno, y esto es así porque el deseo del Señor es que todos procedamos al arrepentimiento para escapar de la condenación eterna. Dios ha preparado un lugar muy hermoso en el cielo para todos sus hijos, pero de este lugar se nos da muy pocos detalles; en estos versículos podemos deslumbrar un poco lo que será la eternidad con Dios, una eternidad realmente gloriosa.


Nuestra eternidad será un lugar donde todas las cosas serán hechas nuevas. Tendremos un gozo que jamás terminará y ya no habrá más muerte, llanto, dolor o cualquier pena. En este mundo pasamos muchas dificultades y adversidades, un día, Dios enjugará nuestras lágrimas y nuestro gozo será completo.


La muerte para el cristiano representa una victoria porque

recibirá su recompensa por todo lo que haya hecho para Dios.


 

MIÉRCOLES 30 DE OCTUBRE

DIOS NO ES DIOS DE

MUERTOS SINO DE VIVOS

• LUCAS 20:27-40 •


Lo saduceos eran un grupo político - religioso, ellos eran los ricos de la época y con poder político, eran enemigos de los fariseos pero para detener a Jesús se unen, con el fin de encontrar una falta contra Él.


Este grupo le cita a Jesús la ley del levirato por medio de un ejemplo ridículo; esta ley se estableció con Moisés y consistía en un tipo de matrimonio en el cual una mujer viuda que no ha tenido hijos se debe casar (obligatoriamente) con uno de los hermanos de su fallecido esposo, para continuar la línea sucesora y la descendencia familiar, y el nombre del primer hijo varón seria el mismo del difunto, quien a su vez heredaría sus bienes.


Al leer el ejemplo que exponen los saduceos vemos que es algo absurdo, porque este grupo no creía en la resurrección y viene a preguntarle a Jesús con el propósito de acusarle; igual que los fariseos y los escribas.


Jesús siendo Dios conoce las intenciones y pensamientos del corazón humano, por eso su respuesta está llena de sabiduría explicando que en este mundo la gente se casa y crea familia, pero en el otro mundo en el de la resurrección, allí no habrá necesidad de casarse y formar una familia y les aclara que los que formaran parte de ese mundo son dignos, escogidos, hijos de Dios.


Además les aclara que la resurrección sí existe y le cita el Pentateuco, la escritura de cuando Dios llama a Moisés pues él dice YO SOY el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, porque ellos murieron físicamente, pero actualmente están en la misma presencia de Dios, vivos.


Tu mejor vida no es ahora en este mundo; porque Jesús tomó nuestro lugar y te llamó a vivir la vida por la cual Él fue a la cruz y derramó su sangre con una recompensa eterna.


 

JUEVES 31 DE OCTUBRE

EL SERVICIO A LOS DEBILES

• ROMANOS 15: 7-21 •


La recomendación del apóstol es a aceptar, recibir y guiar entre todos, con sus defectos y virtudes, para que ayudándose puedan ser perfeccionados en Cristo.


Él se hizo y constituyó servidor, ministro de los Judíos para mostrar la fidelidad de Dios. Para que siendo elegidos como el pueblo de Dios, como había sido profetizado que los pueblos fueran alcanzados por Su favor y salvación, así mismo, pudieran alabar, exaltar y glorificar a Dios por Su inmensa gracia y compasión.


Pablo sentía seguridad en que ellos rebosaban de bondad o virtud, que es la capacidad dada por Dios en el Espíritu Santo, para elegir lo bueno ante los ojos de Dios, además de que, abundaban en conocimiento revelado de la verdad en sus corazones, y habían sido capacitados para instruirse o enseñarse los unos a los otros; tal grado de madurez sólo es posible cuando se vive en un constante aprendizaje de la verdad y cuando este conocimiento es puesto en práctica.


También, él reconoce el deber o responsabilidad de proclamar o presentar el evangelio o mensaje de salvación y reconciliación con Dios, cuyo propósito principal consiste en la restauración o reconciliación de la relación del hombre con Dios, para que quienes lo oigan puedan ser corregidos y usados por Él en toda buena obra, servicio o ministerio y así, llegar  ser una ofrenda aceptable a Dios en Cristo, y apartada, perfeccionada y santificada por el Espíritu Santo.


Pablo conocía a la perfección el propósito por el cual había sido llamado al ministerio, que es el de compartir el evangelio en los lugares donde este no había sido predicado, lo cual consideraba una tarea intensa y abrumadora para realizar, pero lo había hecho así, en cumplimiento al plan designado por Dios.


Finalmente, seamos fortalecidos para que este ejemplo sea de

inspiración a nuestras vidas para el SERVICIO hacia los demás.

 

VIERNES 01 DE NOVIEMBRE

CONTENDER ARDIENTEMENTE

• JUDAS 1:3-4


El apóstol Judas nos presenta la apostasía, un tema complejo y de gran importancia para los creyentes de todos los tiempos, especialmente para nosotros que vivimos en el siglo 21. La carta trata el tema de la apostasía que significa el abandono y rechazo de la fe.


(V. 3) Había una urgencia de comunicar el peligro en el que po- dían caer y verse afectados en su relación con Dios y la vida cristiana. Contender no es pelear en la carne, es defender cuerpo a cuerpo, enfrentar al adversario cara a cara, ardientemente, con vigor, con decisión, con fervor, eficazmente, con sabiduría no con insensatez, las verdades del evangelio. Hacer una defensa eficaz, sabia, con el sustento de la Palabra de Dios (Hebreos 4:12). La manera eficazes afirmándose, con fe, en las verdades, del evangelio. Jesús dijo que cielo y tierra pasarán pero su Palabra no pasará. Lo que Él ha dicho es inmutable, incambiable; aunque los tiempos, las doctrinas cambien a cada rato, la Palabra de Dios nunca cambia, permanece para siempre.


Por eso, Judas escribe cual era la razón para defender las verdades del evangelio (V. 4): Algunos han entrado encubiertamente: con disimulo, fingiendo, haciéndose pasar por cristianos cuando no lo son. Hombres impíos, gente que va a la iglesia, pero Jesús no es su señor, traen su libertinaje, vienen a lavar sus conciencias de la culpabilidad. Gente que se rebela contra la Palabra de Dios contra lo que dice; se explica el evangelio, y ellos dicen eso no es así, que somos extremistas. Ellos tuercen las escrituras y dan significado engañoso y dañan a otros, a los incautos. Pervierten los caminos y verdades de Dios, cambian el significado, el sentido de las Escrituras, y ellos mismos se alejan de la Verdad de Dios, el

problema es que pueden arrastrar a otros.


Dios como soberano es el que pone reglas, límites, directrices, para que vivamos en ellos. En el momento que discutimos lo que Dios dice, nos estamos rebelando en contra de Dios.


Los pecadores que no buscan el perdón de Dios afrontarán la separación eterna de Él. Judas hace esa advertencia a todos los que se rebelan, menosprecian o rechazan a Dios.

 

SÁBADO 02 DE NOVIEMBRE

¿USTEDES ENTIENDEN LO

QUE HE HECHO?

• JUAN 13:1-38 •


Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Entonces se encerró para estar con los discípulos. En su corazón encontró un lugar para su gente. Su mayor preocupación era seguir preparándolos para sus deberes y pruebas futuras. No se quedó pensando en sus penas o la perspectiva del gozo posterior.


Tenía el dominio completo, autoridad y poder. ¿Qué hizo Jesús con este poder? Jesús realizó un acto sencillo y profundo: «así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a los discípulos».


Jesús muestra la grandeza de su amor: ofreció su servicio a gente que no lo merecía, que lo abandonarían y también ofreció su servicio a una persona que se oponía. Demostró que el amor divino llega hasta las últimas consecuencias. Jesús era una persona que amaba.


Usó todo su poder para servir. Esta actitud de Jesús produjo una reacción fuerte en Pedro. “¡No!, protestó Pedro jamás me lavarás los pies”. No podía soportar la idea de que Jesús se humillara de esa manera. Jesús estaba rompiendo con el paradigma de los honores y prestigio que solemos tener en nuestro medio. Pedro seguramente no se sentía digno. Tenía razón: no era digno de recibir esto, ninguno lo somos, pero no era una cuestión de mérito sino de Gracia.


Jesús lavó los pies de Judas, Él sabía quién era Judas. “¿Entienden lo que he hecho con ustedes?”. “Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien porque lo soy”. Maestro cuya doctrina tenemos que aprender y Señor cuya Voluntad debemos obedecer. Jesús muestra el modelo de mansedumbre, humildad, servicio y amabilidad fraternal.


"Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,

los amo hasta el fin".


 

DOMINGO 03 DE OCTUBRE

CONCENTRADOS EN

LAS COSAS DE ARRIBA

• COLOSENSES 3:1-4


Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra (V. 2).


Hace unos días escuché la historia de un joven que había trabajado arduamente para vincularse a la marina de su país. Muy emocionado llegó a su primera comisión y al entrar en altamar, este hombre no podía mantenerse en pie; el mareo y las náuseas no le permitían comer, dormir, ni cumplir con sus tareas, lo cual lo frustraba. Un compañero al verlo le aconsejó: “quita tu mirada del barco, de las olas, de las nubes, de todo lo que se mueve y ponla en un lugar firme, estático en el horizonte”. El muchacho obedeció y se convirtió en un gran marino.


Somos hijos de Dios, pero tal vez andamos mareados con los afanes de este mundo, frustrados, sin poder servir, ni dar testimonio, poniendo nuestra mirada en todo lo que se mueve, en las circunstancias, dificultades, estados de ánimo.


Hoy la Palabra nos recuerda que Dios no cambia (Malaquías 3:6), que Jesús es el mismo (Hebreos13:8) y que su Palabra permanece (1 Pedro 1:25). En Cristo estamos completos, preparados para el gran viaje de la vida; con Él estamos escondidos en Dios (V. 3).


Pongamos pues la mirada arriba, en la casa que nos ha preparado, en la que vamos a ser glorificados con Él, para vivir a Su lado eternamente.


Deberíamos mantenernos emocionados, con nuestro pensamiento en las cosas de Dios (Filipenses 4:8), sin perder de vista al Jesús vivo y verdadero, el que se ha sentado a la derecha de Dios.


Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe.

(Hebreos 12: 2)

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