NÚMEROS 20: 1 – 29
Tres pasajes bíblicos:
Vs. 1-13.
Cuarenta años peregrinando, deambulando como extraviados, nueva generación que había de entrar a Canaán, pero aún no aceptaban el hecho que ellos mismos se habían acarreado los problemas por rebeldía y desobediencia; culparon a Moisés y Aarón “porque no había agua para la congregación”.
Nuestros problemas aparecen por desobediencia o falta de fe. No culpemos a Dios por nuestros pecados. Si nos extraviamos y andamos como viajeros errantes, los años vividos de esta manera son perdidos.
Dios dijo: toma la vara y habla a la peña; Moisés airado, difamado, desobedeció el mandamiento de Dios y lo deshonró delante del pueblo, golpeó dos veces la roca, se atribuyó para sí el milagro de brotar agua de la peña. Jesucristo, la Roca, sufrió y murió una sola vez por nuestros pecados, ofreció una vez y para siempre un sólo sacrificio.
Vs. 14-21.
Moisés ruega a Edom, descendientes de Esaú, los deje pasar a través de sus tierras por el camino real, comprometiéndose a no dañar sus campos, viñedos, ni beber agua de sus pozos; los edomitas se negaron rotundamente porque no confiaban en la palabra de Israel; ya una vez Jacob engañó a Esaú robándole la primogenitura. Para continuar su camino, los israelitas se desviaron guiados por la nube de Dios.
Los hermanos no deben pelearse. Siempre habrá conflictos, una guerra abierta que puede parecer heroica, valiente y hasta correcta, no siempre es la mejor decisión; busquemos, aunque no sea fácil, solucionar los problemas.
Vs. 22-29.
Aarón por mandato de Dios, es despojado de sus vestiduras, las cuales son colocadas a Eleazar, su hijo, como nuevo sumo sacerdote. Aarón no pudo entrar en Canaán castigado por su desobediencia y rebeldía.
Hoy tenemos un Sumo Sacerdote que vive por siempre, he intercede por nosotros, JESUCRISTO
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